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¿Son seguros los alimentos que consumimos?

Brotes asociados al consumo de alimentos en la Argentina.

El 14 de marzo de 2019, en el matutino La Nación, en la sección dedicada a temas de salud, se publicó la nota “Amenaza invisible: el 83 % de los brotes infecciosos fue por alimentos inseguros”, basada en datos reportados por las provincias argentinas en 2018 al sistema sanitario y por la Secretaría de Salud de la Nación en la edición ampliada del Boletín Integrado de Vigilancia (BIV). Aquí, la nota: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/amenaza-invisible-el-83-de-los-brotes-infecciosos-fue-por-alimentos-inseguros-nid2228413

Alguna de las menciones interesantes del artículo fueron, entre otras, que durante las 52 semanas de 2018, se notificó un total de 49 brotes, entre los que predominaron aquellos de etiología infecciosa (triquinosis, salmonelosis, shigelosis, brucelosis, etc.) transmitida por alimentos durante todo el año.

También, que “desde 2007, los brotes son de notificación obligatoria, pero recién en 2015 empezaron a incluirse con escaso nivel de información en el BIV, un informe que resume el alcance de las enfermedades que los equipos de salud deben notificar por su relevancia epidemiológica”.

El informe destacó el impacto en salud pública de la contaminación alimentaria, aunque hay una gran coincidencia entre los especialistas de la salud y aquellos que nos dedicamos al área de los alimentos acerca de que el grado de notificación es bajo.

Según el reporte del BIV, en 2018, enfermaron 4359 personas en los 49 brotes y por distintas causas —como el hantavirus en Chubut—, pero la mayor parte de ellos (4110) tendría relación con el consumo de alimentos.

La nota de La Nación cita a Patricia Angeleri, directora nacional de Epidemiología y Análisis de Situación de Salud, quien señaló: “Las enfermedades de transmisión alimentaria son, por frecuencia, lo que más se ve en la atención diaria. La falta de sistematización de los reportes, como así también de las alertas, no permitían ver su alto impacto, que, a veces, está subnotificado”. Luego, Angeleri agregó: “Su reporte es importante porque es la forma en la que los equipos de salud pueden responder con acciones de control que estamos implementando”.

Frank Yiannas, en su libro Cultura de Inocuidad alimentaria, presentó la siguiente figura con estimaciones de los Estados Unidos:

 

Si bien no es posible hacer extrapolaciones en forma directa, estas cifras estarían confirmando que los reportes de nuestro país no dan cuenta de la gravedad real del problema.

La situación en 2019, para las primeras 36 semanas, de acuerdo al BIV, no parece presentar muchas mejoras. Sobre 2331 brotes registrados, el 79.2 % podría estar relacionado con alimentos. Entre los agentes etiológicos identificados y posibles en 2019 están el norovirus, la toxina botulínica, el bromato de potasio, la shigella, la salmonella y la trichinella en chacinados y embutidos caseros.

De acuerdo a los reportes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, hasta la semana 36 de 2019, se habían producido 18 casos (14 en 2017) de Síndrome Urémico Hemolítico (SUH). Esta enfermedad, muchas veces con graves consecuencias, es transmitida por los alimentos y el agua, y en la Argentina está comúnmente asociada a cepas de Escherichia coli O157 muy virulentas.

En las primeras 17 semanas de 2018, se reportaron 812 casos de SUH en el país (200 en 2017 para el mismo período).

Todos estas cifras dejan ver que hay un gran camino por recorrer en la prevención de las enfermedades transmitidas por alimentos. Hay que destacar que los informes que hemos mencionado hasta aquí no tienen en cuenta otros eventos que afectan la inocuidad de los alimentos que consumimos, como los daños a la salud de los consumidores producidos por la ingestión de cuerpos extraños en los alimentos o la incidencia de casos por alergias derivadas del consumo de alimentos. Tampoco, consideran los casos de perjuicios a la salud de los consumidores que padecen celiaquía o que son producidos por alimentos que no han sido elaborados en condiciones que prevengan su contaminación con gluten.

Debemos tomar conciencia de la importancia que proteger la inocuidad de los alimentos reviste para las personas, las comunidades y la sociedad en su conjunto. A aquellos que manipulamos, preparamos, producimos, distribuimos y vendemos alimentos y bebidas nos cabe gran parte de la responsabilidad de esta tarea.


En las fuentes señaladas a continuación, encontrará los links a los materiales consultados:

https://www.lanacion.com.ar/sociedad/amenaza-invisible-el-83-de-los-brotes-infecciosos-fue-por-alimentos-inseguros-nid2228413 https://www.buenosaires.gob.ar/sites/gcaba/files/bes_161_se__36_vf.pdf https://www.buenosaires.gob.ar/salud/boletines-periodicos/boletines-epidemiologicos-semanales-2018-2019 https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/biv_410_se22.pdf https://www.argentina.gob.ar/salud/epidemiologia/boletinesepidemiologicos https://www.achipia.gob.cl/wp-content/uploads/2017/10/CULTURA-DE-LA-INOCUIDAD-Frank-Yiannas.pdf

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