Descarte de naranjas convertidas en un textil similar al cuero, desperdicios de uva que se resignifican y fibra de naranja que se transforma en un hilo como la seda. Con un 12.5 % de la producción agroalimentaria argentina que se pierde todos los años, ¿hay una oportunidad para aprovechar?
Para leer la nota completa haga clic aquí abajo:
La comida no se tira, se transforma