La importancia de la producción de alimentos no solo contempla las innovaciones y tecnologías, también propone una mirada sobre el contexto mundial que cambia las condiciones en la distribución y la cadena de suministros.
Para hablar de esto, el 2 de octubre el Sistema M.I.T.A. ofreció el seminario internacional “Adaptación y resiliencia global en los alimentos: las cadenas de suministro de alimentos ante los desafíos geopolíticos actuales y futuros”, con la participación de disertantes internacionales y 80 asistentes.
“El tema de los alimentos se está transformando en una cuestión importante para las democracias globales”, señaló desde Chile el moderador, Mgter. Aldo Rojas Silva, experto en regulación y diseño estratégico, especialmente en ámbitos relacionados con democracia, recursos naturales, ciencia y tecnología, medioambiente y sostenibilidad.
A continuación, el Mgter. Luca Vanella, analista de Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa de la Nación y primer disertante del encuentro, ofreció su visión panorámica sobre los conflictos bélicos mundiales que influyen en el comercio internacional, utilizando dos grandes ejemplos y recorriendo sus antecedentes: el de Ucrania y Rusia, y el de Israel.
“Los alimentos desde el inicio de la guerra de Ucrania han aumentado un 33 %, porque Ucrania es un gran exportador de cereales y, además de haber perdido su segundo puerto más importante, se encuentra en una situación en la que tiene que poner todas sus herramientas en función del conflicto bélico”, destacó Vanella, agregando la importancia de los suelos fértiles ucranianos. “Como antecedente, en 2013, China compró el 9 % del territorio fértil ucraniano —uno de los tres lugares del mundo que cuentan con esta característica, junto con la Pampa Húmeda argentina—. China es gran productor de alimentos, pero al tener una gran población, debe asegurar su alimentación; por ello busca alrededor del mundo provisión de energía, alimentos y transporte”. Si bien el conflicto con Rusia quedó en un impasse (en 2019 China pasó a ser el primer socio comercial de Ucrania), este continuó en 2022.
Acerca del accionar de los rebeldes hutíes, atacantes de los barcos mercantes que navegan por el Mar Rojo, esta problemática afecta la provisión de alimentos y aumenta los costos en un 50 %, debido a la necesidad de desviar el recorrido hacia el Cabo de Buena Esperanza (sur de Sudáfrica) para poder arribar con las mercancías al oeste de Europa.
Para concluir, Vanella señaló la necesidad de prestar atención a ciertos temas que probablemente traigan conflictos relacionados con la distribución en un futuro: el canal de Panamá (por sus esclusas angostas para el tamaño actual de los barcos mercantes), el Estrecho de Malaca (más de la mitad del comercio marítimo mundial pasa anualmente por allí) y los conflictos territoriales latentes en el mar de China Occidental y China Meridional.
A continuación, Pascal Drouhaud, editorialista francés, especialista en relaciones internacionales, ofreció su visión acerca de los alimentos como elemento geoestratégico de alta relevancia. “La producción y distribución de alimentos constituyen aspectos de vital importancia”. Luego del escenario generado por el COVID 19, los conflictos de Ucrania, la Franja de Gaza y del Congo, entre otros, así como las migraciones y la desertificación en la región del Mediterráneo, han generado una alta presión sobre los alimentos y los costos relacionados con estos.
Las consecuencias son concretas y lamentables debido al impacto directo en las zonas de producción alimentaria y en los puertos que permiten la distribución: “Son 282 millones las personas que sufren hambre en 59 países”. Recordemos que Ucrania es uno de los principales productores de cereales, así como también de semillas oleaginosas.
La escasez de alimentos también se traduce en malestar social. Para los europeos, en general, y los franceses, en particular, las consecuencias son el incremento de precios en alimentos, aunado al aumento de la inflación, que viene en alza desde la pandemia. Las cadenas comerciales de suministro de papa, aceite y cereales obligaron a buscar nuevos acuerdos comerciales de circulación y rutas, incluyendo el uso de la fuerza.
El contexto internacional aceleró una conciencia en Francia —autor del 17 % de la producción europea— que ya no se basa en preguntarse cuándo llegarán las crisis, sino en cuántas se podrán tolerar, además de poner al país en alerta ante los conflictos que instalan la temática alimentaria como algo estratégico.
En tercer lugar, el Mgter. Marco Consigliere, jefe de Marina, Carga y Logística de Marsch (Italia), trabajó sobre los desafíos y puntos de vista del comercio internacional ante el panorama global, e incidencia de los riesgos en los costos.
Los seguros de transporte implican desde los barcos hasta la mercadería a bordo. Por este motivo, los conflictos bélicos mencionados anteriormente impactan con fuerza en los costos y elevan la prima del seguro. “Las aseguradoras de transporte cada vez son más cautas cuando se trata de barcos vinculados a estos tramos”. Acerca del cambio de ruta de navegación mencionado por Vanella, Consigliere añadió que la circunnavegación de África no solo trajo costos más altos, sino que implicó consecuencias ambientales debido a la mayor quema de combustible por causa de las distancias.
Como reflexión final, luego de la ronda de preguntas y respuestas, Rojas Silva apuntó: “Hemos visto cómo los desafíos globales afectan a millones de personas en todo el mundo. Los conflictos no se limitan a las naciones en guerra; la estabilidad de los sistemas alimentarios depende de cierto orden mundial, que está siendo puesto a prueba. Los conflictos recientes han generado crisis alimentarias y disrupción en los sistemas alimentarios. Debemos fortalecer nuestras alianzas y desarrollar políticas flexibles”.
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